lunes, 22 de febrero de 2010

El Auténtico Amo y Señor de Vistalmar

Hola a todos mis lectores, espero que sean muchos, vuelvo a la carga después de recolectar historias interesantes.

Esta historia tiene su génesis en un complejo vacacional de Villa Gesell por la noche. Quien les escribe no podía percibir el sueño a pesar de no haber dormido la sacra siesta, entonces me dirijo a la ventana de la cocina del departamento, que dicho sea de paso tiene vista al corazón del complejo, prendo un cigarrillo y me hundo rápidamente en la atmósfera nocturna de la costa. El viento frío que soplaba con un recelo insaciable que hacia chillar a las hojas de las palmeras de la edificación, las disconformes olas haciéndose oír y el concierto a dúo de grillos y murciélagos que volaban de aquí a allá con un contoneo peculiar al son de las varias ráfagas de aire. De repente mi fumar cansino se ve interrumpido por un particular ruido que desentonaba en la gran orquesta de la noche Geselina, una figura blanca irrumpe en la escena trepando una palmera. Al principio no estaba seguro de que era esa bola blanca de cuatro patas y cola grisácea, seguí admirándolo en su belleza y destreza a la hora de trepar y automáticamente quise tener un contacto con el felino, a continuación profiero un burdo silbido que percato los sentidos del animal que me miró con sus agresivos aunque hermosos ojos azules. La noche seguía su curso y me quede pasmado al entender tarde que la mirada la sostuvimos durante un minuto, continué con mi fumar mirando la actitud del gato siamés, era claramente El Emperador del complejo y me lo demostró vigilando las medianeras mirando con recelo que nada entre ni nada salga, maullando en protesta contra las ratas aladas, saltando los techos de cada punta del edificio. Mi insomnio estaba pasando de moda y el hermoso velo de sueño me cubrió pero no cerré la ventana hasta observar por última vez en la noche a aquel animal que fue mi partener de lujo. Me acosté, cerré mis pesados párpados pero aún veía el par de hermosos ojos azules de aquel protector felino.

Jonathan.

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